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Yo #ConcilioComoPuedoPuntoCom ; como nació mi cuarta maravilla

laura de lucas
12 jun 2017
3 Min. de lectura

Sentada en una silla en admisiones de un hospital, mi corazón parece que vaya a salirse por la boca, noto un nudo en el estomago, tengo ganas de llorar, ganas de reír, ganas de entrar a la entrevista y matarlo ya, y ganas de salir corriendo y volver a mi casa con mis Pekes bajo el ala.

Después de tres años en casa cuidando de ellos, criando con apego las 24 horas del día y con todo el amor del mundo, siento la necesidad de salir a la sociedad, de volver a mi faceta más profesional. Quizá esto sea criticado, quizá jamás, ni yo misma, me hubiese creído encontrarme en este punto, quizá sea mi faceta de Malamadre. Me encantaría quedarme en casa toda su infancia, disfrutar de ellos, pero a pesar de vivir sin lujos no puedo permitirme quedarme en casa sin cobrar absolutamente nada y ser capaz de tirar para adelante. Necesito un trabajo donde , además de seguir siendo madre, sentirme realizada como mujer y como profesional, para después volver a casa con mis hijos y disfrutarlos intensamente.

Al enviar mi Curriculum, a varios centros, lo adjunté a una carta de presentación en la que me presenté como profesional y sobretodo como madre de tres, no me gustan las sorpresas y prefiero ser sincera desde el minuto cero, y sorprendentemente para mis prejuicios, me llamaron para una entrevista.

Me parece absurdo negar que ellos son lo prioritario, y que por lo tanto lo que primero necesito es un horario que sea compatible con ellos y que me permita no perderme ningún momento importante de sus vidas.

Se que les voy a echar de menos, se que me siguen necesitando, y es por eso que no adaptaré mi vida de tribu a mi vida laboral, si no bien a la inversa.

Aunque la cosa se complica, esa entrevista no fue mal, pero tampoco lo bien que hubiera esperado. Pero surgieron un par más, y siempre terminamos hablando de lo mismo; la situación tan complicada que tengo en casa, siendo madre de tres hijos tan pequeños como ellos. Pero no comprendo el motivo del problema, si yo, su madre, me veo capaz de trabajar con la certeza de que ellos van a estar bien, ¿por qué se me cuestiona si voy a poder? ¿ Por que se me impide demostrar mi valía? ¿Por que cuando era madre, jamás, y repito, JAMÁS se me cuestionaron ciertas cosas?

Al regresar a casa los miro, me abrazan y BigY me pregunta si ya me voy a ir a cuidar a personas que están malitas, a mi me invade un sentimiento de frustración inmenso, no quiero decepcionar a mi pequeña que me tiene en un pedestal. Tampoco quiero mandarles el mensaje que ser madre y lidiarte con el ámbito laboral no es tarea fácil, no quiero que reciban que el hecho de tenerlos me limita en algún momento.

Pasan días y semanas, lo único en lo que pienso es en como puedo hacerlo para dedicarme a ellos y a mi, en no perderme sus vidas. Surgen trabajos, en horarios que dan risa si pretendo verles, no quiero que crezcan de canguro en canguro o que mi madre tenga que desplazarse hasta aquí indefinidamente para criarlos.

Así nace mi cuarta maravilla, así mi hobby se transforma en mi trabajo, así empieza mi aventura de emprender, así me transformo en empresaria y así concilio yo. Trabajando desde casa, cosiendo mientras duermen o están en el cole, diseñando cuando la inspiración me ataca y gozando cada segundo a su lado. Y esta es mi historia de yo #ConcilioComoPuedoPuntoCom así es como nace Mini Indis, una empresa que va de minis, de muchos minis, pero sobretodo de los míos. Así empieza una nueva aventura llena de miedos e incertidumbre, pero sobrada de ilusión, que me permite no perderme ningún momento con ellos, de esos que jamás volverán.