Cuaderno de Bitácora 2.0 #Day346
- laura de lucas
- 6 feb 2017
- 3 Min. de lectura
No hubiese pedido jamas una ambulancia, él no la necesitaba por su gravedad, pero si la necesitábamos para llegar al hospital y poder darle la atención y la medicación necesaria para que no empeorase. El servicio del SEM fue de 20, atentos con el bebé y conmigo.
Para llegar a casa la ambulancia no podía subir, ya que la calle ya estaba llena de nieve y por lo menos habían 4 cm bien buenos! Así que sin dudarlo ni un momento cogieron sus bártulos y caminaron hasta casa. Algunos pensaréis que ese es su trabajo, cierto es!! Pero cuando tu estás en casa, incomunicada, sin recursos para ayudar a tu bebé, a pesar de saber que necesitas.... es tal la impotencia que te da, que ver llegar a tres héroes, para nosotros fueron nuestros súper héroes, cargados con mochilones que te dicen:
-Tranquila! Has hecho muy bien en llamarnos! Es lo que debías hacer y ahora ya estamos aquí.... - Eso, eso es calidad de personal y de servicios sanitarios.

Ahora que todo a pasado escribo esto y se me saltan las lagrimas. Y es que suelo ser una persona que tolera muy bien el estrés de las emergencias, para esto tengo sangre fría, pero cuando llega la calma, no puedo evitar derrumbarme.
Es fácil y muy habitual criticar los servicios médicos, y servicios públicos en general. Yo, sin ir más lejos, hace cuestión de un año escribí un post sobre las 9 horas que me pasé en una sala de urgencias por falta de personal. Pero hoy escribo para dar las gracias, para felicitar a ese equipazo, que con esas condiciones extremas, llegaron a casa para ayudarnos. Con gran empatía hacia mi hijo y hacia nosotros por nuestra situación familiar y de logística complicada, y sin dudar ni un segundo en subirnos y acercarnos al hospital para que recibiéramos la atención que necesitaba BabyJ, A pesar de no ser nuestro Hospital de referencia, pero sí ser el que nosotros usamos, ni una pega, ni un problema y con su mejor sonrisa.
De camino a la ambulancia, fueron un par o tres de minutos, nevaba y hacía algo de aire. Así que el estridor de BabyJ mejoró notablemente. Nos pusieron cómodos, mientras él alucinaba con las luces y los colores que tenía. En un trayecto que a penas tardamos 20-30 minutos habitualmente, nos costó una hora. Aunque cuando empezó a moverse tuve la sensación que lo iba a pasar mal, me iba a marear, hacia calor y el pánico a salir a la carretera en ese estado, todo fue genial. El conductor lo hizo de 20 y la enfermera me dio conversación y eso me mantuvo entretenida. A BabyJ el meneito le gustó y se quedó dormido al rato de salir. Tras visitarnos en el hospital y administrarle la medicación, me di cuenta de que no podíamos volver!! Le pregunté al enfermero como podía hacerlo, un taxi no podía llegar a casa porque las carreteras estarían peor, sin ningún problema, el enfermero de guardia nos preparó el box, nos dió una manta y nos quedamos allí a dormir.



A pesar de ser una aventura más, algo desagradable, me siento tan agradecida y tan contenta de haber vivido en mis carnes lo bien que funciona este servicio. Y es que, como he dicho antes, las malas experiencias y las malas praxis se difunden rápidamente, hagamos que también corran las buenas praxis, los buenos profesionales y la calidad de los servicios. Porque no es todo blanco y negro, también existe el gris!


Hoy el cuaderno se lo dedico a esas 6 personas que ayer hicieron de la peor experiencia una gran aventura con final feliz gracias! Y gracias a todos los que estáis ahí detras de las pantallas, por estar, por leerme y por darme ese apoyo y cariño que nos mandáis, en días como hoy me hacéis sentirme muy acompañada. Mil gracias por tanto!!
……Sonríe, besa, comparte, ama y disfruta de los CORAZONES DE PIRULETA.
Con mucho LOVE
Laura
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